
Hombres armados cercaron el poblado y atacaron a la comunidad, además dejaron numerosas viviendas incendiadas y abundantes cabezas de ganado muertas.
«Hombres armados, sospechosos de ser terroristas, lanzaron un ataque asesino contra esta pacífica aldea», dijo el Gobierno en un comunicado.
Un sobreviviente explicó que «unos 50 hombres fuertemente armados llegaron en motocicletas y camionetas (…) Primero rodearon la aldea y luego atacaron, y cualquiera que intentaba escapar era asesinado».
«A algunas personas les cortaron el cuello o les destriparon, quemaron graneros y ganado. Nadie se salvó…. mujeres, niños, ancianos», relató.
El Ejecutivo ha enviado refuerzos militares a la región para perseguir a los autores de estos hechos.
Uno de los principales grupos dogon, llamado Dan Na Ambassagou, emitió un comunicado en el que considera el ataque «una declaración de guerra» y lamenta que «ni el Estado ni la comunidad internacional se interesan por la vida de esta población maltratada».
La masacre ocurre menos de tres semanas después de que casi 160 miembros de la etnia fulani o peul fueran masacrados en la aldea de Ogosagu por un grupo identificado como dogon. Por esa razón, las primeras hipótesis del ataque de esta madrugada apuntan a que pudo tratarse de una venganza por aquella acción.
Por su parte, el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, instó a que el pueblo maliense «se reencuentre», para «renacer y permitir que nuestra nación sobreviva. Pues esto es una cuestión de supervivencia», consideró.