El Gobierno de Colombia y las FARC reanudaron hoy en La Habana sus diálogos de paz, que siguen centrados en la cuestión agraria, con nuevas propuestas de la guerrilla, en este caso sobre la soberanía alimentaria del país sudamericano.
Los negociadores del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y del grupo insurgente vuelven a la mesa de negociación después de una semana de receso que ha estado marcada por el operativo de liberación de los dos policías y el soldado secuestrados por la guerrilla a finales de enero.
Este es el primer proceso de liberaciones que se produce desde que el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno comenzaron sus conversaciones para intentar poner fin al conflicto armado que padece Colombia desde hace casi medio siglo.
Los delegados de Santos han vuelto a La Habana conscientes de que el diálogo se desarrolla «en medio de dificultades de orden público» en Colombia, firmes en su posición de rechazar un cese al fuego bilateral y con la voluntad de «mantener la celeridad en las conversaciones, dijo el domingo Humberto de la Calle, exvicepresidente y jefe de los negociadores gubernamentales.
Los diálogos de La Habana, que arrancaron formalmente el 19 de noviembre de 2012, continúan centrados en el primer punto de la agenda pactada para las conversaciones: el problema de la tierra, un complejo tema que está en el origen del conflicto colombiano.
Como lleva haciendo desde hace varias semanas, la delegación de las FARC inauguró esta ronda de diálogo presentando una nueva batería de propuestas relacionadas con ese punto, en este caso para «garantizar la soberanía alimentaria y el buen vivir de la población».
En ese nuevo documento, la guerrilla reclama la «constitucionalización» de la soberanía alimentaria y el reconocimiento de la alimentación como un derecho fundamental.
Las FARC también abogan por considerar «política prioritaria» la erradicación del hambre y la desnutrición en el país y plantean crear un «Programa Especial de Hambre Cero» que esté dotado con fondos equivalentes al 1 % del producto interno bruto (PIB) colombiano «provenientes de la reducción del actual gasto en seguridad y defensa».
En declaraciones a los medios en La Habana, el número dos de la guerrilla y jefe de los negociadores de las FARC, Luciano Marín Arango (alias «Iván Márquez») reiteró que el grupo insurgente afronta este nuevo ciclo de diálogo desde «el optimismo».
A preguntas de los periodistas, Márquez se pronunció también sobre la polémica que suscitó la semana pasada la divulgación en Colombia de unas fotos donde se le ve montado sobre una moto Harley Davidson con un traje verde oliva e insignias de la guerrilla.
Esa imagen, divulgada hace unos días por la revista Semana, encendió el debate en las redes sociales ante la sorpresa de ver al líder de una organización marxista-leninista subido encima de «uno de los mayores iconos de la cultura y la sociedad de Estados Unidos», según explicó la publicación.
El jefe guerrillero restó importancia a la polémica al equiparar esa foto con «la experiencia de los niños que a veces se hacen retratar con un caballito».
Y con cierta sorna, aprovechó para saludar «a todos los harlistas del mundo» y a «todos los obreros» que construyen esas motos y los invitó a apoyar los diálogos de paz.
La guerrilla se refirió también hoy a la noticia internacional de esta jornada: el regreso a Caracas esta madrugada del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tras más de dos meses de convalecencia en Cuba por su cuarta operación contra el cáncer, que le fue practicada el 11 de diciembre.
«Al presidente Chávez le deseamos una pronta recuperación y al pueblo venezolano esperanza en que la revolución bolivariana seguirá produciendo hechos de justicia social y de soberanía», manifestó Márquez.
(EFE).-