
NIÁGARA, Canadá. – El Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, utilizó la plataforma de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Siete (G7) en Canadá para rechazar enérgicamente las crecientes críticas internacionales sobre los ataques militares estadounidenses contra embarcaciones en el Mar Caribe. Rubio defendió las operaciones, que han causado decenas de muertes, afirmando que son una acción necesaria y legítima contra el «narcoterrorismo» y una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos.
El debate se encendió cuando el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, expresó al margen de la cumbre que las operaciones militares de EE. UU. en el Caribe «ignoran el derecho internacional» y generan preocupación por la estabilidad regional. Sus declaraciones se sumaron a la condena de otros países, incluido el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y a la alarma por el reciente despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford en la región.
«En vez de interceptar, destruimos»
Rubio, que ha sido un firme defensor de la estrategia de «tolerancia cero» contra el narcotráfico y de una postura dura contra el gobierno de Venezuela, desestimó las críticas como una falta de comprensión sobre la amenaza que representan los grupos criminales transnacionales.
El Secretario de Estado reiteró el mensaje de la administración Trump: «En vez de interceptarlo, lo destruimos. Y lo haremos de nuevo.» Subrayó que la designación de estos grupos como «narcoterroristas» autoriza acciones militares letales para eliminar el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, que amenaza directamente a las ciudades estadounidenses.
El Impacto en la Cooperación Aliada
La defensa de Rubio se produce en un contexto de fricción diplomática. Reportes recientes indican que aliados clave, como el Reino Unido y Colombia, han suspendido temporalmente el intercambio de inteligencia con Washington debido a las preocupaciones sobre la legalidad de los ataques y las ejecuciones extrajudiciales de civiles denunciadas.
A pesar de las divisiones, Rubio afirmó que la seguridad marítima es una prioridad del G7. Desde Canadá, el Secretario de Estado sostuvo que las conversaciones en la cumbre se centran en cómo reforzar la seguridad marítima para asegurar vías seguras y abiertas, esenciales para la economía global, consolidando el argumento de que las operaciones en el Caribe son parte de esta estrategia de seguridad más amplia.






