
23 mayo – Napoli consiguió el viernes su segundo Scudetto en tres temporadas, un triunfo determinado tanto por su propia consistencia como por una lista de partidos reducida y la creciente fatiga que minó la fuerza de su rival más cercano, el Inter de Milán.
La batalla llegó a la última jornada, en la que Napoli mantuvo a raya al Inter con una victoria en casa por 2-0 sobre Cagliari mientras cientos de miles de aficionados celebraban en toda la ciudad costera de Campania.
Los números no mienten. Tras una temporada pasada mediocre, el Nápoles llegó a la competición libre de distracciones europeas, mientras que el Inter compaginaba las exigencias de la Champions League con sus compromisos nacionales.
Con 41 partidos jugados después de una eliminación temprana en la copa, Napoli tuvo un calendario mucho más liviano en comparación con el finalista de la Liga de Campeones, el Inter, que jugó 58 partidos.
La temporada comenzó con mal pie para el equipo del nuevo entrenador Antonio Conte, tras sufrir una derrota por 3-0 ante el Hellas Verona en la primera jornada. Sin embargo, dos fichajes clave ayudaron a superar ese revés inicial y marcaron un cambio de rumbo.
Conte fichó al delantero Romelu Lukaku del Chelsea y al mediocampista Scott McTominay del Manchester United, completando ambos acuerdos en 24 horas.La pareja jugó un papel fundamental y se convirtieron en la fuerza decisiva que inclinó la carrera por el título de la Serie A a favor del Napoli.
Entre ambos han marcado 26 goles en la liga, reavivando los recuerdos de la dinámica asociación entre Victor Osimhen y Khvicha Kvaratskhelia que llevó al Napoli a la gloria hace dos temporadas.
Desde la marcha de Kvaratskhelia en enero, McTominay ha asumido una mayor responsabilidad, emergiendo como una figura clave tanto en el campo como entre los fanáticos .
Si bien la pareja no tuvo el mismo impacto que Osimhen y Kvaratskhelia, sus esfuerzos fueron suficientes para llevar al equipo a la línea de meta, ya que ambos anotaron en la victoria final sobre Cagliari.
La carrera por el título de liga fue hasta marzo una batalla a tres bandas, con el Atalanta presionando para mantener el ritmo del Inter y el Napoli, que intercambiaban posiciones con frecuencia.
Sin embargo, el impulso del Atalanta flaqueó poco después de que su veterano entrenador, Gian Piero Gasperini, anunciara en febrero que no renovaría su contrato.
La Juventus bajo el mando de Thiago Motta tuvo una primera mitad de campaña frustrante, consiguiendo demasiados empates.
Motta fue reemplazado por Igor Tudor, quien llevó a la Juve nuevamente a los cuatro primeros lugares, pero no fueron capaces de plantear un desafío serio a los líderes.
Para el Inter, la temporada dependía en última instancia de que el entrenador Simone Inzaghi tuviera que decidir si priorizar la búsqueda de la Serie A o la búsqueda de la gloria europea.
Con el Napoli coronado campeón de la Serie A, todas las miradas estarán puestas en la final de la Liga de Campeones del 31 de mayo contra el Paris St Germain para ver si esa decisión se reivindica.